LA TRISTEZA: El sauce que no
quería llorar
Había una vez un sauce llorón que
decidió que no iba a llorar más ya que el resto de árboles del parque se reían
de él. Un día, se sorprendió mucho cuando vio que un niño, Nizar, se escondía
detrás de él llorando. Nizar le contó que estaba muy preocupado y asustado
porque su perrita estaba muy enferma y no sabía si iba a morir. El sauce, asombrado
de que los niños también lloraran preguntó al roble, el árbol más sabio, si
estaba bien o mal llorar. El roble le explicó que si es por algún motivo real,
todo el mundo llora, incluso los adultos, por lo que no estaba bien reírse de
los demás, sino que debemos consolarles. El sauce, llorando también por ver a
su amigo tan triste, escondió entonces a su amigo Nizar entre sus ramas para
calmarle.
“Me da vergüenza que me vean
llorar: ya soy mayor, tengo cinco años”, decía Nizar. Los adultos tendemos a
ocultar nuestros sentimientos por miedo a que la gente de nuestro alrededor vea
nuestros puntos débiles; esto es algo que aprendemos desde pequeños. He
seleccionado este cuento ya que me parece esencial transmitir a los niños lo
necesario de comunicarnos y expresar las emociones para poder asimilar lo que
nos pasa. Desde que nacemos, el llanto es un elemento más de comunicación, ya
que en la infancia aun no sabemos identificar nuestras emociones, no
comprendemos temas como la muerte (que aparece de fondo en el cuento) y no
tenemos un buen control del lenguaje verbal. Es importante entender que a
medida que los niños crezcan irán sustituyendo de manera natural el llanto por
explicaciones más elaboradas pero, hasta entonces, debemos evitar hacerles
sentir débiles cuando lloren (especialmente con los chicos, a los que desde un
punto de vista machista, se les inculca desde pequeños que los hombres son
fuertes y no deben llorar). Por otra parte, la elección de este cuento se debe
a valores que en él se tratan tan fundamentales como la amistad y la empatía.
En definitiva concluyo esta reflexión con la frase de una canción de El Chojin:”Ríe cuando puedas, llora
cuando lo necesites”.
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