EL CAPRICHO DE SCHEREZADE
Scherezade es una princesa árabe
que un día descubre en un libro traído de Occidente un suculento postre
desconocido: creps. Su padre, el sultán Arbús, envía a su loro Kokún para que
investigue en los palacios de los alrededores si alguien conoce tal receta.
Nada. Un día por casualidad, Marco, un servidor de la sultana Nora, se
encuentra con el loro y le dice que por supuesto que conoce esa receta de sus
viajes por tierras lejanas. Realmente Marco no sabía la receta, pero para
intentar ganarse el amor de Scherezade trata de recordar cómo se las hacía su
abuela de pequeño. Si la receta que hizo era la correcta es un misterio pero,
lo que está claro, es que fue todo un éxito y logró enamorar a la princesa.
Pese a que este libro no
transmite muchos valores o enseñanzas, lo he seleccionado porque me parece muy
interesante que se hagan cuentos que hablen sobre otras culturas. Un día
intentaba convencer a mi hermano (que es árabe) de leer un cuento, pero él no
quería ya que le parecía una idea aburrida y no sabía mucho español. Sin
embargo, mientras ojeaba el libro con desgana descubrió unas ilustraciones que
le resultaron muy cercanas a la realidad de donde él venía: la cultura árabe.
En cuestión de segundos pasó de quejarse porque no quería que le leyera un
cuento a pedirme impaciente que por favor le leyese ese. Quedó muy sorprendido
y encantado de poder encontrar un cuento con el que se sentía identificado
porque reflejaba su cultura. Desde esa noche empezamos la rutina de leer un
cuento antes de irse a dormir. Creo que este ejemplo personal sirve totalmente
de explicación de por qué creo tan importante que los cuentos hablen de otras
realidades: los niños de esa realidad diferente se sentirán incluidos e
importantes dentro de nuestra sociedad, y los niños pertenecientes a nuestra
realidad podrán viajar a otras realidades con un cuento como pasaporte.
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